Rematriculación y actualización anual de datos 2013 - 1 DE AGOSTO Al 31 DE AGOSTO

¿Por qué tengo que rematricularme?
Por resolución del Consejo Superior de la UBA, todos los alumnos deben completar la rematriculación anual de forma OBLIGATORIA para poder contar con información actualizada sobre la población de la universidad.
¿Cómo se realiza?
A través de internet en 
www.sip.rec.uba.ar
¿Quiénes deben hacerlo?
Todos los estudiantes de la UBA (que se hayan inscripto al CBC antes del primer cuatrimestre del 2013, inclusive) y de colegios secundarios que dependan de la UBA.
Aquellos alumnos que tengan el título en trámite o estén haciendo cursos de posgrado en la UBA también deberán realizarlo.
¿Quiénes NO deben realizarlo?
Si ingresaste al CBC en el segundo cuatrimestre del 2013 o si sos graduado e iniciaste otra carrera en esa misma fecha, no debés realizar el trámite.
Si estás haciendo materias por UBA XXI tampoco tenés que hacerlo, salvo que estés inscripto en el CBC.
¿Qué pasa si no lo hago?
Aquellos que no se rematriculen perderán la condición de alumnos de la UBA y tendrán que hacer un trámite de reincorporación para poder volver a cursar materias.
¿Si me censé en 2012, tengo que hacerlo?
Sí, la clave para acceder al SIP (Sistema de Información Permanente) es la misma que usaste en esa oportunidad.
¿Qué pasa si no me acuerdo la clave?
Tenés 2 opciones: la más rápida es ir al departamento de alumnos de cualquier sede y solicitar el formulario de reincorporación al sistema, otra opción es pedirlo a través de la página de la facultad
¿Si ingresé después del 2° cuatrimestre de 2012 y no realicé el censo, cómo hago?
Antes de la rematriculación, tenés que registrarte en el SIP. Esto se hace desde la misma página.
¿Si no me censé en el 2012 y ya era alumno de la UBA, puedo hacerlo?
Si no realizaste el censo y rematriculación en 2012, deberías haber perdido la condición de alumno regular, en ese caso, primero tenés que solicitar la reincorporación en tu unidad académica, para poder registrarte en el SIP.

El acuerdo con Chevron: una Argentina menos soberana

El 15 de julio se conoció, mediante su publicación en el Boletín Oficial, la creación por decreto de un nuevo Régimen de Promoción de Inversión para la Explotación de Hidrocarburos, tanto convencionales como no convencionales. 
Sus principales disposiciones son regresivas, no sólo con respecto a la Ley de Soberanía Hidrocarburífera de 2012 y su reglamentación, sino también en relación a principios elementales de regulación estatal que el propio kirchnerismo había adoptado con anterioridad, como el pago de derechos de exportación. Sucintamente, podrán solicitar su inclusión en dicho régimen titulares de permisos de exploración y/o concesiones de explotación de hidrocarburos en todo el territorio nacional, que presenten un proyecto de inversión para la extracción de hidrocarburos con un desembolso mínimo de 1.000 millones de dólares, durante los primeros cinco años. Cumplido este último plazo, podrán exportar el 20 por ciento de lo extraído sin pagar retenciones, y tendrán la libre disponibilidad del 100 por ciento de las divisas que obtengan. En caso de que estos volúmenes debieran destinarse al mercado interno para satisfacer las necesidades de autoabastecimiento, igualmente gozarán de un precio no inferior al de exportación, que si bien se pagará en pesos, también podrá convertirse a divisas de libre disponibilidad.
Asimismo, quienes ya sean titulares de áreas para la exploración o explotación, tendrán el derecho de solicitar la recategorización de dichos bloques (o de fracciones de los mismos) como “concesiones de explotación no convencional de hidrocarburos”, con una extensión mínima de 25 años, prorrogables a 10 más de forma anticipada. De esta manera, se acelera el loteo gratuito del subsuelo nacional en pos de una modalidad de explotación que ha dado sobradas muestras, a nivel mundial, de ser extremadamente contaminante, pobre en relación a sus retornos energéticos, y un fabuloso negocio para corporaciones transnacionales.
No caben dudas de que este nuevo régimen de promoción ha sido elaborado para satisfacer las exigencias de la estadounidense Chevron –y otras operadoras privadas-, con la que YPF suscribió hoy un acuerdo de inversión para la extracción de petróleo y gas en la formación Vaca Muerta (Neuquén). No es la primera vez que el Gobierno Nacional intercede en favor de sus intereses. Este año, los activos de Chevron en Argentina fueron embargados por la deuda de 19.000 millones de dólares que se niega abonar al pueblo ecuatoriano, en concepto de indemnización por sus actividades contaminantes en la Amazonía de aquel país. El Gobierno Nacional, no obstante, solicitó el levantamiento del embargo y la Corte Suprema de Justicia falló en favor de la petrolera.
Chevron es heredera de la mítica Standard Oil, y porta en su ADN los más despiadados métodos de competencia y explotación de la naturaleza. En las décadas de 1920 y 1930, YPF fue un freno al avance imperialista de la vieja Standard Oil. Hoy en día, lamentablemente, se ha convertido en un socio subordinado de un gran negocio internacional.
Cuando se anunció el proyecto de expropiación de YPF el año pasado, quienes hoy conformamos Marea Popular nos encontrábamos impulsando junto con otras organizaciones sociales y políticas, una campaña por la nacionalización del petróleo y el gas, y la recuperación de la empresa estatal, cuya consigna era “ni privada, ni extranjera: 100 por ciento pública”. En aquel momento, a la par que valorábamos como un paso adelante la medida tomada por el Gobierno Nacional, ya que comenzaba a poner fin al régimen neoliberal de gestión y explotación de hidrocarburos y generaba una correlación de fuerzas más favorable para los sectores populares, también advertíamos que “la única vía sustentable en el tiempo es la recuperación de la soberanía sobre todos los recursos del suelo y el subsuelo y la formulación de un plan energético nacional que ponga las necesidades populares por encima del lucro y los negociados”. En esta misma línea, cuando se conoció el articulado de la Ley de Soberanía Hidrocarburífera, advertimos que sus aspectos más progresivos iban a tener que convivir “forzosa y contradictoriamente con un redivivo sentido común mercantil”, que encontraba expresión en otros elementos del proyecto que remitían al “modelo Repsol” que se pretendía superar. Tarde o temprano, un paradigma iba a terminar imponiéndose sobre el otro.
Los acontecimientos de esta semana son claros respecto de cuál es la resolución que el gobierno, encerrado en su propio laberinto, ha decidido dar a este dilema. En primer lugar, ha optado por perpetuar una matriz energética dependiente e insustentable desde todo punto de vista –social, ambiental, estratégico-, en lugar de diseñar e implementar políticas que propicien una transición hacia un modelo diversificado y soberano. Luego, ha priorizado la asociación con una trasnacional estadounidense, en lugar de una profundización de la integración regional y la generación de vínculos cooperativoscon Bolivia, Ecuador y Venezuela, tres países exportadores de energía, y con economías complementarias a la nuestra. Por lo tanto, ha decidido que los hidrocarburos son un negocio, que se encuentra por encima de la satisfacción de las necesidades básicas de la población.
Desde Marea Popular concebimos al acceso a la energía como un derecho básico en una sociedad democrática.Debemos elaborar políticas que, por medio de la generación descentralizada y el aprovechamiento de fuentes alternativas, promuevan su desmercantilización, vuelvan equitativo su disfrute, y nos brinden autonomía para la construcción de un nuevo modelo de desarrollo. En esta transición, la política hidrocarburífera e YPF como su máxima herramienta de ejecución, deben cumplir un rol fundamental. Hasta ahora, el problema no ha sido, como sostiene a coro la derecha, la intervención del Estado en el sector. El problema son las limitaciones estructurales del gobierno para avanzar sobre las cuestiones de fondo.

¡Vamos por la recuperación de los recursos del subsuelo!
¡Por una YPF 100 por ciento estatal y pública!
¡Vamos por la soberanía energética!

4º Revista de MAREA

2013 – 2023: la década que queremos (Editorial)

Por Martín Ogando
Todavía es posible escuchar los ecos del último 25 de mayo. La última fiesta patria quedó bajo el fuego cruzado de oficialismo y oposición. “Década ganada”, “década perdida”, “oportunidad desperdiciada”, son alguno de los motes que se impusieron en medios y movilizaciones. Y se sabe, cuando el marketing abunda, la reflexión es flaca. De nuestra parte, más que concentrarnos en el balance de la década pasada, nos gustaría aportar a los desafíos de la que se viene. No porque aquello carezca de importancia, sino porque hay bastante ya dicho y porque sentimos la necesidad de vislumbrar el horizonte para orientar mejor nuestra praxis política.
Obviamente, aún sin entrar en un detallado balance de la década, es necesario trazar una breve ubicación. MAREA Popular es parte de un entramado de organizaciones sociales y políticas que aspiran a la construcción una nueva izquierda popular, democrática, heterodoxa y latinoamericana; una izquierda que busca la recreación de un socialismo nuestroamericano del siglo XXI. Y la lectura que esta militancia no eclesiástica tiene del proceso kirchnerista es bien clara. Mejor dicho, es clara y bien fundamentada, por más que irrite por igual al camporismo (o al pejotismo) y a la oposición filo-liberal de “izquierda” o derecha.  
El kirchnerismo fue un gran administrador del descontento popular post-2001, una consecuencia indirecta de aquella irrupción callejera, pero también de los miedos y el pedido de orden posterior. El comando kirchnerista de la recuperación económica post-devaluación fue la forma que adquirió la recomposición hegemónica de las clases dominantes, del Estado y del propio ciclo de negocios. Recomposición que supuso sustanciales modificaciones en la forma de ejercicio de esa hegemonía, que a partir de allí debió tomar nota de la organización popular, los reclamos sociales y un naciente nuevo mapa latinoamericano. De allí en más lo conocido. Primero Néstor y después Cristina atendieron a una serie de demandas postergadas, promovieron nuevos derechos sociales y políticos, reposicionaron al Estado como autoridad mediadora y como asignador de recursos, al mismo tiempo que ayudaron a perpetuar los intereses de una parte de los grupos económicos concentrados, locales y extranjeros, impulsando una estrategia político-económica que hemos llamado neo-desarrollismo. No hay extensión para el detalle, pero nos entenderemos fácil si decimos que esta década ha visto convivir la anulación de las leyes de impunidad con la aprobación de la ley anti-terrorista; la ampliación de derechos, como el matrimonio igualitario, con la perpetuación de un sistema político y una institucionalidad elitista y reacia a la participación popular; la AUH con el techo a la paritarias y la estigmatización del reclamo sindical; la recuperación de los fondos jubilatorios con una desastrosa política energética y una errática estrategia industrial. En fin, medidas parciales, limitadas y en algunos casos tardías, que no alcanzan a constituir una alternativa de desarrollo favorable a los sectores populares ni a atacar de manera estructural la dependencia nacional. 
Por un lado, para los sectores populares esta ha sido una década ganada, y no hace falta adherir al relato oficial para sostenerlo. Si tomamos como referencia la desastrosa situación previa a la devaluación, las condiciones de vida de gran parte de la población trabajadora son mejores, se han conquistado pisos importantes en cuanto a conciencia política y valores culturales, y la organización popular ha logrado avances y se encuentra viva. En síntesis, los que queremos dejar atrás definitivamente la Argentina neoliberal estamos mejor para ir por más.
Por otro lado también es posible enfatizar que en esta década se han perdido muchas oportunidades, en el marco de un crecimiento económico importante, con precios favorables de las materias primas, con los factores de la derecha política largo tiempo a la defensiva y un contexto geopolítico mundial novedoso. Si posamos la mirada en la situación de nuestra industria, en la inexpugnable precarización de más de un tercio de la clase trabajadora, en la falta de soberanía sobre nuestros recursos y en la continuidad del saqueo y la contaminación, la hipótesis de la oportunidad perdida resulta al menos plausible. Es hora también de que el punto de referencia para evaluar lo conquistado deje de ser tan modesto: el 2001 constituyó en términos de indicadores sociales una de las catástrofes más grande de la historia argentina. Más bien creemos que deberíamos pugnar por instalar un punto de comparación más realista (y ambicioso) para evaluar la efectividad de la militancia y la prédica kirchnerista, pero sobre todo para mensurar de manera realista las correlaciones de fuerzas sociales.
En nuestra humilde opinión, el problema fundamental de los años por venir es que la Argentina que hoy tenemos sigue siendo tremendamente desigual, dependiente y saqueada, con una economía extranjerizada y concentrada en pocas manos, con una clase política mayoritariamente alejada del pueblo y sus necesidades. Terminar con ese país, cambiarlo de raíz, es el gran desafío de una nueva generación militante.

El 2015 como punto de inflexión
Sin embargo, lejos de esta mirada, en general la oposición critica al kirchnerismo por lo bueno que ha hecho, no por lo malo. Un triunfo antikirchnerista, para nada descartable en el 2015, puede entrañar retroceder en lo conquistado y renovar las miradas más conservadores y antipopulares.
No hay dudas sobre esto. No estamos dispuestos a regresar, a volver atrás, a perder efectivamente una década que se parió con la resistencia en los 90 y la rabia popular en aquel diciembre de 2001. Pero estamos también convencidos que no es profundizando “lo que hay” que trazaremos un camino estratégico para las fuerzas populares de nuestro país. Profundizar lo que hay es profundizar también elementos retardatarios que constituyen pilares del “modelo”: el saqueo de nuestros recursos naturales, una altísima rentabilidad empresaria incompatible con una efectiva redistribución de la riqueza, un sistema tributario regresivo, bolsones enormes de pobreza, entre muchos otros aspectos que no hay que “profundizar” sino desmantelar. Sin embargo, el principal problema de que la militancia popular kirchnerista asuma la idea de “profundizar el modelo” es que esto, en la práctica, supone la adhesión a un punto de equilibrio que ha tendido a consolidarse en su fase más conservadora, expulsando las posibles tensiones creativas de las que podía estar preñado el proceso. Todo proceso popular tiene contradicciones, tensiones, y de eso estamos seguros. No pretendemos construir una mirada purista, impugnadora del proceso actual en pos de revoluciones ideales o librescas. El problema es que el kirchnerismo ha tendido a resolver y estabilizar esas tensiones en una fase más bien conservadora del proceso. Y más aún, se ha detenido de manera muy cauta frente a ciertos poderes económicos y corporativos. Lejos de la propaganda liberal-conservadora, no “van por todo”, sino que más bien contemplan con cierta satisfacción y conformismo la obra de estos años. Y allí, más allá del propio balance de lo hecho, no hay entonces potencialidad para derribar las barreras que han quedado en píe protegiendo a la Argentina del pasado. Un ejemplo: el 25 de mayo último la presidenta habló de organizarse, de empoderar al pueblo para defender las conquistas. Bienvenido sea como interpelación pero, ¿cuáles fueron las medidas que durante estos años dieron concreción a esa apuesta? ¿Cómo se articula esa convocatoria con una lógica de construcción verticalista, una militancia donde la crítica es excepción y se refuerzan las estructuras políticas tradicionales?
Es imposible no pensar el 2015 como un punto de inflexión. Se ha convertido en un año polisémico: algunos sueñan con el fin del kirchnerismo, otros con la profundización del proyecto en curso y otros con su reemplazo por izquierda. Lo que es indudable es que se abre la posibilidad de una re-estructuración significativa del mapa político. Por primera vez desde el 2003 la continuidad directa del proyecto kirchnerista estará puesta en duda, a menos que una improbable reforma constitucional habilite la reelección. En este marco, las hipótesis sobre de qué manera el actual comando gubernamental enfrentará dicha situación son muchas. ¿Acuerdo con algún sector del PJ cediendo posiciones e incluso el timón? ¿Un candidato propio y puro en un juego más arriesgado, a todo o nada?
En concreto son muchos los motivos de preocupación para nuestro pueblo, ya que las principales alternativas con capacidad de disputa suponen una salida retardataria. Por un lado el propio PJ ha generado posibles figuras de recambio por derecha, algunas incluso dentro del gobierno, como Scioli o Massa, y otras por fuera como De la Sota o De Narváez. Habrá que esperar para ver qué acuerdos o no se tejen entre este sector y otras expresiones de la nueva derecha como Mauricio Macri. En este marco el llamado progresismo viene en un explícito giro a la derecha, asumiendo como eje de su confrontación con el gobierno un discurso republicano, liberal y anti-corrupción. Más allá de las coyunturas hay algo que está claro: ningún refrito de la nefasta Alianza puede suponer una alternativa por izquierda al kirchnerismo y, a no engañarse (ni engañar a los demás), la estrategia de Binner, de Carrió y de la UCR no lleva a otro lugar que a ese.    
Frente a este escenario resulta imprescindible la emergencia de un proyecto político emancipatorio, de carácter popular, alcance nacional y con una perspectiva de liberación. Un movimiento político y social que reúna a las organizaciones populares que dan batalla en los territorios y a todos aquellos con vocación de cambio revolucionario. Que asuma la militancia de base y el sólido enraizamiento social como condición pero que lo haga en la perspectiva de una disputa contra y por el poder del Estado. Que construya poder popular como parte de una guerra de posiciones por la imposición de una nueva hegemonía de los de abajo.
Eso supone buscar la confluencia de las experiencias militantes de la izquierda independiente y social que de un tiempo a esta parte intentan proyectar sus construcciones a la disputa política global; de expresiones de izquierda tradicional que logren superar su dogmatismo y sectarismo serial; de espacios que vienen aportando en el llamado progresismo no kirchnerista, vinculados entre otras a la experiencia de la CTA y de Proyecto Sur; y, por supuesto, de una parte de la militancia popular que ha participado de la experiencia kirchnerista pero que no está dispuesta a resignarse a los límites que el propio “proyecto nacional” parece autoimponerse.
Una alternativa de esas características no se generará de la noche a la mañana ni a partir de ningún acuerdo de cúpulas a puertas cerradas. Se debería pensar como la síntesis de un proceso de lucha, construcción, debate y elaboración de cientos de organizaciones que, a lo largo de estos años, hemos transitado diversas experiencias pero compartimos un compromiso con nuestro pueblo y un horizonte de liberación.

Nuestra apuesta en 2013
Desde MAREA Popular nos proponemos humildemente aportar a esta tarea desde nuestra militancia en cada barrio, universidad, colegio o lugar de trabajo, es decir, construyendo día a día poder popular para el cambio social. Haciendo esto de la manera más nacional posible, intentando construir organización en cada una de las provincias de nuestro país. Pero, desde hace muy poco, estamos también en condiciones de aportar a esa perspectiva en el terreno de la disputa político-institucional, terreno limitado y hostil si los hay para las fuerzas populares, pero que evaluamos como imprescindible para la construcción de un proyecto de mayorías. Hemos avanzado en este terreno en Capital Federal y en Luján (Pcia. de Bs. As.) junto con una serie de organizaciones de la izquierda independiente, pero sabemos que para ir por el proyecto emancipador al que aspiramos no alcanza con la unión de los que pensamos igual. Es necesario juntarse con otros, articular esfuerzos con los que piensan distinto, con los que tienen otras identidades, pero con los que es posible asumir un piso de acuerdos programáticos y un método de trabajo democrático.
Es en este marco que junto a varias organizaciones de la izquierda independiente hemos definido avanzar en una alianza electoral con Buenos Aires para Todos para las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires. Entendemos que este acuerdo expresa la posibilidad de visibilizar un espacio por fuera de las estructuras políticas tradicionales, basado en la militancia social y orientado a transformaciones de fondo para cambiar la Argentina.
MAREA Popular y Buenos Aires para Todos venimos transitando experiencias políticas distintas y tenemos orígenes ideológicos diversos, esto no es un secreto para nadie. Nosotros no acordamos con apuestas políticas como el FAP que terminan mezclando a sectores de la militancia popular con salidas netamente sistémicas que se ubican incluso a la derecha del propio gobierno nacional, como es la experiencia de Binner y el PS. En esta y otras cuestiones hay debates abiertos con los compañeros. Sin embargo, transitamos un momento político muy complejo, donde muchos procesos se encuentran abiertos y muchos debates por saldar. En esta coyuntura, valoramos positivamente que frente al giro a la derecha de gran parte del progresismo porteño (incluyendo a los integrantes del FAP y a Pino Solanas con su vergonzosa alianza con Carrió), Buenos Aires para Todos se haya negado a cerrar acuerdos con sectores conservadores y plantee la necesidad de una alternativa que supere por izquierda la experiencia del kirchnerismo. Es sobre esa base que avanzamos en la construcción de acuerdos. Y también con la convicción de que, más allá de las diferencias, es la voluntad de construir una alternativa para nuestro pueblo, rompiendo con los viejos dogmas del sectarismo y la mezquindad, lo que nos impulsa en la búsqueda de mayor unidad.
Por otro lado, este frente surge de una lectura compartida del momento político y de un acuerdo programático sólido: vamos por la distribución de la riqueza afectando la ganancia empresaria y por una reforma impositiva integral; vamos por la recuperación de nuestros recursos estratégicos y contra el saqueo y la contaminación; vamos contra la tercerización y la precarización laboral, por democracia sindical; vamos por más democracia popular, protagónica y participativa; vamos por una integración latinoamericana desde los pueblos y los movimientos sociales, en la senda de los procesos más avanzados del continente. Por último, entendemos que este acuerdo constituye una oportunidad invaluable de visibilizar una izquierda nueva, una nueva generación militante y una nueva forma de construcción política que, lamentablemente, suele estar invisibilizada en la agenda mediática y por lo tanto sin capacidad de interpelación a las grandes mayorías.
Este frente constituye un primer paso en el camino hacia un reagrupamiento de las fuerzas populares. Nuestras actuales experiencias constituyen un paso táctico pero importante en el marco de la construcción de una herramienta política estratégica. ¿Cómo será el camino? Aquí no hay verdades reveladas, sino un sendero abierto, un proyecto en construcción del que todos y todas podemos ser parte. Lo transitaremos con la convicción de estar aportando humildemente a la construcción de un nuevo proyecto socialista para el siglo XXI, de una nueva Argentina más democrática, igualitaria y emancipada.

Vení a ver al Indio!


Se presentó el frente Camino Popular

Marea Popular y Claudio Lozano presentaron el frente “Camino Popular”
Las organizaciones Marea Popular y Buenos Aires Para Todos presentaron este miércoles, ante la justicia electoral, el frente Camino Popular, para participar en las próximas elecciones legislativas de agosto y octubre.
Las principales candidaturas serán las del dirigente de Marea Popular Itai Hagman –Candidato a Diputado Nacional-, y la de Claudio Lozano – Candidato a Senador-. La lista promoverá además la participación de Jorge Selser y comuneros de la juventud de Proyecto Sur, quienes rompieron recientemente con Pino Solanas por su alianza con Elisa Carrió.
Itai Hagman, dirigente de Marea Popular y candidato a Diputado Nacional, expresó que “nos sentimos muy contentos de poder presentar una alternativa en estas elecciones. Camino Popular viene a expresar la opción de aquellos que no queremos un rejunte electoral más -como el que presentan la UCR, Solanas, y Carrió-. Venimos a expresar la voz de la juventud y los movimientos sociales que militamos y construimos día a día por una verdadera transformación social. Tal como ya hemos dicho, no queremos hacer ´oposición´ sino plantear una alternativa real en la Ciudad de Buenos Aires”.
A su vez, Hagman destacó algunos de los puntos principales que serán parte de la campaña de Camino Popular: “vamos por la distribución de la riqueza y por una reforma impositiva integral; vamos por la recuperación de nuestros recursos estratégicos, contra el saqueo y la contaminación; vamos contra las terciarizadas y la precarización laboral, por democracia sindical; vamos por más democracia popular, protagónica y participativa; vamos por una integración latinoamericana desde los pueblos y los movimientos sociales, en la senda de los procesos más avanzados del continente”.

Llegó el 1er Boletín de Géneros de Marea Popular

Editorial – El desafío de construir poder popular con perspectiva de género
La presente publicación es fruto de la experiencia militante colectiva impulsada por el área de géneros de MAREA Popular. Somos una fuerza política nueva y, entre los diferentes rasgos que nos distinguen, se encuentra el habernos definido como antipatriarcales.
Ser antipatriarcales es una elección política que se desprende de nuestro compromiso por combatir la dominación en todos los terrenos y en todas sus formas. Y sabemos que no somos ni los primeros ni los únicos: nos sentimos parte de la experiencia militante de diversas organizaciones populares que, gracias a la lucha y al protagonismo de las mujeres, han asumido que el sistema que enfrentamos es múltiple y complejo. Un sistema que se basa en la explotación de clase e, inseparablemente en desigualdades étnicas y de géneros.
Y en este reto estamos embarcados y embarcadas: si lo que enfrentamos es un sistema que es capitalista y patriarcal, que explota y oprime de manera conjunta, es necesario construir un poder popular que contenga, además de una perspectiva anticapitalista, una perspectiva de género y feminista. Creemos que de otra manera una profunda y radical transformación social no será posible.
Es por eso que buscamos impulsar espacios e iniciativas militantes con dicha perspectiva, en todos los lugares donde estamos. El patriarcado es un sistema que promueve relaciones sociales de desigualdad entre los géneros, y como tal atraviesa y está presente en todas las esferas de la vida social. De esta manera, intentamos desarrollar nuestra política de géneros en los barrios a través de nuestras casas populares; en nuestra construcción cotidiana por un nuevo movimiento estudiantil y por una educación pública popular y por el cambio social; entre las trabajadoras y trabajadores por un nuevo sindicalismo de base; en los medios alternativos de comunicación y en las instancias de articulación con otras organizaciones. Al hacerlo, aspiramos a que la perspectiva de género atraviese toda nuestra militancia y no quede reducida a una cuestión específica, desligada de nuestro proyecto más general.
Pensamos que es necesario visibilizar las cuestiones de género e impulsar la denuncia a los poderes de turno. Pero también creemos que debemos ir más allá. Creemos que socavar los pilares del sistema implicar ser militantes populares que construyan espacios y prácticas alternativas, disputando el poder a las instituciones existentes y organizándose para luchar por los derechos vulnerados y otros que aún faltan. Nada sencillo seguramente, y más aún en la coyuntura actual de nuestro país.
En la Argentina, los movimientos de mujeres y de diversidad sexual hemos avanzado mucho en el plano de los derechos y de la visibilización de nuestras demandas. Y todo ha sido fruto de la lucha. Nadie nos regaló nada. Sin embargo, vemos que entre los avances en materia de visibilización y legislación, y el goce de los derechos y la aplicación concreta de las leyes, existe una enorme brecha. Muchos de los derechos conquistados, especialmente en el terreno de los derechos sexuales y reproductivos, son resistidos por los sectores más conservadores y reaccionarios en los diferentes poderes, sean gubernamentales o eclesiásticos; y cuando no pueden anularlos les quitan recursos y financiamiento para su aplicación. Al mismo tiempo, muchos derechos continúan siéndonos negados sistemáticamente, año tras año, como el derecho a interrumpir voluntariamente un embarazo no deseado. Y ni que hablar de las complicidades que por acción u omisión tienen los diversos poderes del Estado y las fuerzas de seguridad para con la violencia de género y la trata de mujeres y niñas.
Es entonces que vemos la necesidad de dotarnos de diferentes estrategias de intervención política. Y los artículos que siguen a continuación son tanto una invitación a conocer lo que ya venimos sencillamente haciendo, como a reflexionar cómo extenderlo, mejorarlo y enriquecerlo. El desafío está planteado. Te invitamos a sumarte para construirlo juntas y juntos.
mujer







PÁGINA 1: Editorial
PÁGINA 2: MAREA Popular en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito + Nuestras actividades por el derecho al aborto en la ciudad de Rosario
PAGINA 3: Nuestra política de géneros en los barrios
PÁGINA 4: Dando batalla por la aplicación de la ley de educación sexual integral
PÁGINA 5: Educación popular con perspectiva de género
PÁGINAS 6 y 7: Póster por el aborto legal, seguro y gratuito
PÁGINA 8: Nuestros medios + MAREA ¿Dónde conseguir la revista de Marea Popular?
PÁGINA 9: Despatriarcalizar los sindicatos y la militancia sindical
PÁGINA 10 Y 11: Compromiso por una UBA antipatriarcal  + Revolución las plazas, en casas, en las camas… ¡y en las aulas!
PAGINA 12: Por una comunicación popular y feminista

Ya no hay tiempo de lamentos ya no hay más


La Juntada en Historia de cara a la democratización de las juntas


El martes 7 de mayo, el Consejo Directivo votó a Marcelo Campagno como director de la carrera, yendo en contra de lo votado por las sucesivas asambleas interclaustros de Historia, con la complicidad de La Mariátegui y de Haciendo Historia. Esta votación ilegitima (debido a que no existen actas de la votación de la junta) se llevó a cabo a pesar de la enérgica protesta que llevamos adelante los estudiantes presentes en el consejo en ese momento. El broche de oro de este atropello a la democracia fue que el decano Trinchero y sus cómplices llevaron adelante la votación en la oficina del mismo, excluyendo a los consejeros estudiantiles y desconociendo sus reclamos.
Esta situación, lejos de amilanarnos o cerrar el proceso, nos tiene que dar impulso para ir por más. Es ahora -más que nunca- que vemos la necesidad de reformar el reglamento de Juntas de la facultad, para que la voz de todos esté representada de forma democrática en las instancias de co-gobierno y no se pueda pasar por encima de lo que decide el conjunto de la carrera. Para esto, en la asamblea del 24 de abril y por iniciativa de La Juntada en Historia en conjunto con otras fuerzas, se votó realizar un plebiscito en el que los miembros de la comunidad académica (estudiantes, graduados y profesores) podamos elegir cómo queremos que sea la Junta. Este plebiscito se llevará a cabo la semana del 20 al 24 de mayo y en el votaremos una nueva propuesta de reglamento. Desde La Juntada en Historia presentamos un proyecto que hemos discutido y consensuado con otros claustros y actores de la carrera, en pos de lograr la mayor unidad de acción posible (lo podes leer a continuación). Para que este plebiscito sea determinante en la discusión sobre la democratización, es de vital importancia que todos participemos tanto en la jornada de discusión que se llevará a cabo el día 15 de mayo (a las 17 hs. en el teórico de Otero) como en la votación. Te invitamos a sumarte a este proceso, participando de todas sus instancias y llevando la discusión a tus cursos, para que nuestro reclamo se escuche.

Hacia la democratización de la carrera de Historia: la propuesta de La Juntada


Sobre la composición de la junta:


1) Claustro Único Docente con inclusión de graduados puros: el claustro único docente implica unificar en un mismo claustro a todos los que cumplen tareas docentes en la cotidianeidad de la carrera, independientemente de que sean titulares o ayudantes, así como los graduados que realicen tareas de investigación dentro de la facultad. Asimismo, creemos que es vital la inclusión de graduados puros (es decir, de graduados que no son docentes o investigadores de la Facultad) dentro de este claustro, ya que entendemos que quienes se desempeñan por fuera de la academia pueden aportar desde la Junta a la construcción de una carrera que construya una Historia Popular, hecha desde y con el Pueblo. 
Por último, entendemos que la proporcionalidad de las representaciones de los claustros se debe dar de forma tal que permita la elección de por lo menos dos minorías, para garantizar que haya varias voces que representen la realidad política de la carrera. Es por todo esto que proponemos que cada claustro tenga 7 representantes, y que las minorías entrarían porcentualmente por sistema D'hont. Esto último quiere decir que en una elección típica habría una mayoría y dos o tres minorías, logrando una composición de junta que se parezca más al escenario político de la carrera.

2) Paridad Docente-Estudiantil: uno de los rasgos más antidemocráticos en la actual junta es la mayoría de los votos del claustro docente frente a los otros dos – estudiantes y graduados. Creemos que es necesario modificar esta situación otorgando a los dos claustros únicos la misma cantidad de representantes para poder  construir de forma más democrática y participativa, evitando la supremacía de un claustro sobre otro.  

3) Revocabilidad: consideramos que la forma más justa para proceder en el caso de que se llegue a esta instancia es que para poder llevar a cabo un plebiscito sobre si revocar el mandato la representación en cuestión, es necesario conseguir las firmas de un 20% del padrón (entre los dos claustros) que le otorgue legitimidad al reclamo. 

Sobre el director:


1) Quién puede ser director: El actual reglamento plantea que solo puede ser director de la Carrera alguien perteneciente al claustro de profesores (Titulares, asociados y adjuntos regulares) o una mínima porción del claustro de graduados (JTPs concursados con al menos dos años de antigüedad en el cargo). Desde La Juntada en Historia planteamos que eso no hace más que recrear la estructura de poder de los profesores, tal como pasa en el resto de las instancias de cogobierno. Por eso, venimos a plantear que cualquier docente o graduado de la carrera debe poder acceder al cargo de director. Esto se corresponde por supuesto con nuestra propuesta de Claustro Único Docente con inclusión de graduados puros.

2) Cómo se elige: Para nosotros la elección debe ser directa, es decir, que las personas cuando votan a su representación en junta también lo hacen para el director de la misma (1 persona = 1 voto). Las boletas de las listas dirían, en el caso de que lo tengan, quien es su candidato a director. 

3) Que atribuciones tiene: porque entendemos que la figura del director es una figura política, creemos que elección directa le permite a cada candidato plantear un proyecto político sobre el cual construirá su gestión en caso de ser electo. de esto se desprende que las tareas del director se dan en un plano político y no solo en un administrativo, no pudiendo pasar sobre la Junta Departamental de forma unilateral pero si teniendo la potestad de desempatar en una elección en esta instancia. La importancia de esto radica en que, en el caso contrario, el que desempate sea el consejo directivo donde, tanto graduados como estudiantes, nos vemos sub representados debido al carácter antidemocrático de este espacio. Un director votado con un programa de forma directa estaría en consonancia con la realidad de la carrera y con los intereses de los miembros de ella.

Semana 20 al 24 de mayo: realización del plebiscito. Todos a votar para elegir la junta queremos y como queremos que se elija director! 

#18M: Acto en el micro estadio de Atlanta

Conseguimos la personería electoral,
¡Vení a brindar y celebrar junto a nosotros!
El próximo sábado 18 de mayo, en el micro estadio de Atlanta -Humboldt 540-, MAREA Popular realizará una cena-acto con motivo de la obtención de la personería para participar de las próximas elecciones legislativas en la CABA.
Durante el evento se realizará una cena y hablarán los referentes de MAREA Popular contando los desafíos que este nuevo movimiento que tendrá por delante.
La entrada constará de un bono para la cena de $50 que incluye comida libre (sandwiches de vacío y chorizo) y una bebida.

¡Aquí no se rinde nadie!

Declaración de la Corriente Julio Antonio Mella - Marea Popular luego del Congreso Ordinario de la FUBA


La FUBA sale -una vez más- a luchar por la democratización de la Universidad. Ni hallú ni Barbieri son candidatos de los estudiantes.

El sábado 27 de abril se realizó el Congreso Ordinario de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) que, a pesar de los intentos del rectorado y la Franja Morada, logró sesionar y se impuso con 56 votos el Frente "Por Otro 1918" encabezado por La Mella (Corriente Universitaria de Marea Popular) y la UJS-PO, integrado también por La Corriente y los recientemente incorporados compañeros del CAUCE, el MST e IS. En el segundo lugar con 13 votos se ubicó el frente de La Cámpora "Unidos y Organizados", en último lugar el PTS con 3 votos.

Martha Linares militante de La Mella en Marea Popular será presidenta de la FUBA siendo la segunda mujer en presidir la Federación. En su discurso de asunción afirmó que “vamos a luchar por una universidad masiva, popular y democrática. Hermanada con las luchas de los movimientos sociales de toda América Latina, siguiendo el ejemplo de Chávez, Fidel y el Che y nuestros hermanos desaparecidos”.

Seguiremos desarrollando nuestra militancia al frente de las secretarías de “integración latinoamericana”, “derechos humanos” y de “vinculación territorial” donde además nos proponemos articular y construir codo a codo con el FER, el USG, el FANA y CAUCE.

El Congreso contó con una marcha al Ministerio de Educación, paneles de debate, comisiones, y múltiples instancias de participación en las sedes del CBC. Así construimos un Congreso que relegitima a la Federación con un plenario de más de 2000 estudiantes donde se votaron las resoluciones que marcan el camino para este año.

Con este Congreso se demuestra el fracaso de la política de boicot que La Cámpora hizo el año pasado junto a Nuevo Espacio (Franja Morada-UCR) para disimular que no conduce ningún centro de estudiantes. El fracaso de su política se basa en que la FUBA cuenta con la legitimidad de los estudiantes y con los 9 Centros que conduce la izquierda, luchando todos los días por la educación pública, por la democratización. Este año tuvo que aceptar su lugar y ocupará la Secretaria General.

Unidad para luchar y vencer
Desde hace semanas, en nuestro boletín planteamos que para los enormes desafíos que tiene este año el movimiento estudiantil, el único camino posible es la unidad. No desconocemos las diferencias que existen entre las múltiples corrientes. Pero el desafío, tanto mayor que esas diferencias, nos obliga a una política de unidad si queremos vencer. Lamentablemente SUR no continuó en la conducción, sin embargo los seguimos considerando compañeros y sabemos en el camino de la lucha nos volveremos a encontrar porque están en la misma vereda que el movimiento estudiantil. En la vereda de enfrente se encuentra Nuevo Espacio (Franja Morada-UCR) y La Cámpora. A ellos les molesta esta Federación que denuncia la falta de presupuesto que obedientemente administran las autoridades de la UBA, les molesta que denunciamos que la enorme cantidad que de docentes que trabajan gratis y las cesantías a cientos de docentes. Esta FUBA lucha por salario digno y paritarias sin techo. Lucha contra la LES y la CONEAU. Les molesta la FUBA que deja en evidencia sus intereses cuando les exige que rechace los fondos de la minería contaminante. Nuevo Espacio (Franja Morada-UCR), que se dice de tradición reformista, ensucia el nombre de Deodoro Roca y tantos otros jóvenes, que luchaban por una Universidad que en nada se parece a la universidad privatizada que ellos quieren imponer.

El desafío de la democratización
Uno de los debates más importantes que se dio en el congreso giró en torno a la situación política en la UBA. En la universidad hoy vivimos múltiples conflictos: en Sociales y Filosofía La Cámpora desde la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación recortaron becas, el presupuesto aumentó por debajo de la inflación, lo cual de mínima ya nos hace saber que este año el gobierno tampoco tiene pensado pagarles bien a los docentes, ni incentivar la investigación y tampoco mejorar las condiciones edilicias. El rectorado sigue cesanteando docentes y en distintas facultades la CONEAU pretende hacer pie mercantilizando nuestra educación. Pero hay otra pelea, más de fondo: la democratización de la universidad.

En el 2006, cuando la casta de profesores que gobierna la UBA gracias a un estatuto antidemocrático propuso a Alterini (funcionario de la dictadura) como Rector, los estudiantes nos movilizamos para impedirlo. Pero pronto el reclamo pasó a ser de fondo pidiendo la democratización de la universidad. Como resultante de esa lucha, Hallú asumió en medio de una represión. Pero la necesidad de democratización quedó grabada en todos los estudiantes.

Este año, el mapa se complejizó. Mientras Hallú quiere volver a ser rector, quién hoy es el vice-rector Barbieri, socio y títere de Nuevo Espacio (Franja Morada-UCR) también quiere serlo. Barbieri y Nuevo Espacio representan la privatización y la mafia en la universidad lo que sería una profundización de un proyecto mercantilizador que tenemos hoy después de 8 años de gobierno de Hallú, en el camino hacia la universidad shopping.

Uno de los punto más importantes que discutió el movimiento estudiantil en el Congreso de la Federación fue que los estudiantes tenemos un proyecto de universidad. Discutimos sobre el financiamiento único estatal, cómo lograr mayor acceso y la permanencia de los compañeros para que la universidad sea masiva, discutimos su rol social y su actual orientación elitista en vistas a una universidad popular, discutimos también la necesidad de reformar los estatutos.

El proyecto de Hallú y Barbieri (hoy circunstancialmente enfrentados) no tiene punto de contacto la universidad que queremos construir los estudiantes. No faltaron quienes querían que la Federación se pronuncie únicamente contra Hallú, omitiendo la gravedad de un avance de Barbieri y Nuevo Espacio. Sin embargo la mayoría de las corrientes nos pronunciamos contra ambos candidatos y por eso el congreso votó “Contra la rereelección de Hallú y contra su reemplazo por Barbieri”.

Una Federación hija de su tiempo y hermana del pueblo
La FUBA además de luchar por la educación pública quiere construir una universidad que aporte a la transformación social. Por eso, lejos de tener un planteo corporativo, los estudiantes rechazamos las marchas reaccionarias como la del 18A y votamos acompañar el Paro Nacional del día 15/5. Por otro lado denunciamos la crisis en el trasporte público. La FUBA exige un Boleto Educativo Gratuito, contra el aumento del subte y el colectivo.

Al mismo tiempo la FUBA votó su apoyo al pueblo de Cuba, Saludó al pueblo venezolano por la muerte de Chávez y rechazó cualquier golpe de Estado en América Latina.

Por último, por unanimidad, la FUBA volvió a comprometerse con la Campaña por el Aborto Seguro, Legal y Gratuito. Los estudiantes también defendemos la Ley de Identidad de Género, así como del Matrimonio Igualitario como resultado de la lucha de los movimientos y organizaciones del campo popular.Exigimos y luchamos por el desmantelamiento de las redes de trata y el encarcelamiento de todos los proxenetas y sus cómplices del poder político, judicial y policial.

La Mella, que en los últimos años ha triplicado sus delegados y que hoy es la corriente que conduce la mayor cantidad de centros de estudiantes en la UBA, renovó en este Congreso su conducción por cuarta vez consecutiva. Esto sin embargo nos plantea desafíos de seguir construyendo movimiento estudiantil, sin sectarismos ni dogmatismos para masificar las luchas. Constuir unitariamente con quienes componen el frente “Por otro 1918” pero también con quienes no forman parte de él. Como decía el Che, “el presente es de lucha, el futuro es nuestro”.